UN DIA A LA VEZ
365 Momentos con Él: SEPTIEMBRE
SEPTIEMBRE
17 de Septiembre – 365 momentos con El
Lo que hoy duele, mañana te prepara para reinar
Alguna vez sentiste que todo se derrumbó de golpe?
Pierdes algo importante, las personas en las que confiabas te fallan y lo único que queda son lágrimas y cansancio. Eso mismo vivió David en Siclag: su ciudad fue quemada, su familia secuestrada y hasta sus propios amigos se volvieron contra él.
Pero lo que parecía el fin de su historia, en realidad fue el puente hacia su destino. Siclag no era su final, era el lugar de entrenamiento donde aprendió a fortalecerse en Dios, buscar su dirección y seguir adelante.
Tu dolor de hoy no es tu final: es el proceso que te prepara para tu victoria mañana.
17 de Septiembre – 365 momentos con El.
Cuando todo se quema, Dios te abre el camino a tu victoria
17 de Septiembre – Un Día a la Vez: 365 Momentos con Él
No te quedes en el proceso, tu destino te espera
De camino a mi destino
1 Samuel 30:1-6 (NTV) nos cuenta que David y sus hombres llegaron a Siclag y encontraron su ciudad quemada, sus familias secuestradas y todo lo que tenían destruido. Fue un golpe tan fuerte que lloraron hasta no poder más. Y por si fuera poco, sus propios hombres comenzaron a culparlo y hablar de apedrearlo.
Pero en ese momento de oscuridad, David encontró fuerzas en el Señor su Dios.
¿Qué era Siclag?
- No era Belén :el lugar donde David fue ungido y donde todo comenzó.
- No era Jerusalén : el lugar de sus victorias y donde fue coronado rey.
- Siclag era el lugar intermedio.
Ese lugar de prueba, de entrenamiento y de dolor que todos enfrentamos antes de llegar a nuestro destino. Siclag es como ese tiempo en tu vida en que todo parece ir mal: perdiste un trabajo, tu familia está en crisis, las finanzas se derrumbaron, la salud te falló o los amigos te dieron la espalda.
Escucha bien: Siclag no es tu destino final, es solo un proceso.
¿Qué hizo David para llegar a su destino?
1. Se fortaleció en Dios (v.6).
David no se quedó en la autocompasión ni en el resentimiento. Fue a la fuente: Dios.
En la vida real, fortalecerse en Dios significa orar cuando no tienes fuerzas, aferrarte a su Palabra cuando todo te grita “ríndete” y recordar que tu confianza no está en las circunstancias, sino en Él.
2. Buscó la dirección de Dios (v.8).
David no actuó por impulso ni por rabia. Le preguntó a Dios qué debía hacer.
Muchas veces nos quedamos estancados en nuestro “Siclag” porque tomamos decisiones apresuradas, sin consultar a Dios. El proceso se alarga cuando seguimos nuestras emociones y no su dirección.
3. Siguió adelante (v.10).
Aunque algunos hombres estaban cansados y no pudieron continuar, David no se detuvo.
En la vida real, esto significa que aunque sientas que no tienes fuerzas, debes dar un paso más. El problema no es pasar por el desierto, el problema es quedarse allí. No hagas de tu Siclag tu residencia permanente.
4. Venció el mal con el bien (v.11).
En el camino, encontraron a un egipcio que había sido parte del ejército enemigo. David no lo mató, lo ayudó.
En medio del dolor es fácil llenarse de amargura, pero Dios nos llama a actuar diferente. Cuando ayudas a otros en tu propio proceso, abres la puerta para que Dios te bendiga.
5. Transformó su prueba en victoria (v.17-20).
David recuperó absolutamente todo lo que había perdido: familia, bienes y honra. Nada le faltó.
Esta es la promesa para ti: después de la prueba, viene la recompensa. El desierto no es para siempre, la tormenta siempre termina, y al final hay un arcoíris.
Reflexión :
Siclag nos recuerda que:
Si hoy sientes que estás en tu Siclag —ese lugar donde lloras, te cuestionas y parece que todo se derrumba— recuerda: no es tu final, es tu entrenamiento.
Como dijo David en Salmos 73:24:
“Me guías con tu consejo y me conduces a un destino glorioso”
Frase para llevarte hoy:
“Si estás en Siclag, no te quedes allí. Dios usará tu dolor como puente hacia tu destino.”
- Belén es el inicio.
- Jerusalén es la victoria.
- Siclag es el proceso que te prepara para reinar.
Si hoy sientes que estás en tu Siclag —ese lugar donde lloras, te cuestionas y parece que todo se derrumba— recuerda: no es tu final, es tu entrenamiento.
Como dijo David en Salmos 73:24:
“Me guías con tu consejo y me conduces a un destino glorioso”
Frase para llevarte hoy:
“Si estás en Siclag, no te quedes allí. Dios usará tu dolor como puente hacia tu destino.”
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Señor, gracias porque aunque hoy me siento en medio de mi “Siclag”, sé que no es mi final, sino mi proceso. Cuando me faltan fuerzas, ayúdame a encontrarlas en Ti. Enséñame a escuchar tu voz y a no guiarme por mis emociones. Dame valentía para seguir adelante, aunque todo parezca perdido. Declaro que lo que el enemigo intentó robar, Tú lo restaurarás, y que mi dolor de hoy será testimonio de victoria mañana. En el nombre de Jesús, amén.¿Te gustó este artículo? ¡Déjanos tu opinión y compártelo con tus amigos!
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