SEPTIEMBRE

12 de Septiembre – 365 momentos con El


El miedo te paraliza, pero Dios te levanta


¿Sientes que últimamente todo se complica?
Como si salieras de un problema solo para entrar en otro… deudas, discusiones, enfermedades, soledad. La vida muchas veces se siente como estar en medio de una tormenta, con olas gigantes que amenazan con hundirte.

Pero hay una buena noticia: no estás solo en esa barca.
Así como Jesús se acercó a sus discípulos en medio del mar embravecido, hoy también viene a tu encuentro para decirte: “¡Ten ánimo, yo soy, no temas!”.

Este mensaje es para ti, que estás cansado de luchar. Descubre cómo Dios puede darte calma en medio de tus tormentas.

12 de Septiembre – 365 momentos con El.

El Dios que camina sobre tus problemas

12 de Septiembre – Un Día a la Vez: 365 Momentos con Él


Dios está por encima de tus circunstancias. Él camina sobre lo que a ti te preocupa.


El Dios de mis tormentas
Todos pasamos por momentos difíciles donde parece que todo se complica: problemas en casa, en el trabajo, deudas, enfermedades o soledad. A eso la Biblia lo llama “tormentas”. Y aunque sientas que no sales de una para meterte en otra, quiero recordarte algo: Dios se encuentra contigo en medio de esas tormentas.

Proverbios 10:25 dice:
“Pasa la tormenta y desaparece el malvado, pero el justo permanece firme para siempre”.
Eso significa que los problemas no duran para siempre, pero los que confían en Dios permanecen de pie.

Jesús en medio de la tormenta
En Mateo 14:22-25 vemos que los discípulos estaban en un barco en medio del mar. Era de madrugada (entre las 3 y las 6 a.m.) y una tormenta amenazaba con hundirlos. El viento era fuerte y las olas enormes. Ellos pensaban que iban a morir… hasta que Jesús apareció, caminando sobre el agua.

Y aquí hay algo importante: Jesús no vino nadando, sino caminando sobre el mar. ¿Por qué? Porque Dios siempre está por encima de cualquier problema. Él no se hunde en lo que a ti te asusta, sino que domina lo que te intimida.
En tu vida puede que hoy el “mar” sean las deudas, una enfermedad, un mal matrimonio o la incertidumbre del futuro. Pero así como Jesús no dejó solos a sus discípulos, tampoco te dejará a ti.

El problema no es la tormenta, es el miedo
Los discípulos, al ver a Jesús, se asustaron y pensaron que era un fantasma (Mateo 14:26). Eso nos pasa también: cuando tenemos miedo, imaginamos cosas que no son, exageramos los problemas y nos sentimos atrapados.
El temor paraliza, te roba la paz y te hace ver los problemas más grandes de lo que son. Pero cuando aprendes a escuchar la voz de Dios, el miedo pierde fuerza.

Mateo 14:27 dice:
“Pero en seguida Jesús les habló, diciendo: ¡Tened ánimo; yo soy, no temáis!”.
Es como si Jesús te dijera hoy: “¡Levántate, no tengas miedo! Yo estoy contigo”.
Mirar a Jesús, no a las olas
Pedro le pidió a Jesús caminar sobre el agua. Y lo hizo. Pero cuando quitó la mirada de Jesús y empezó a fijarse en el viento y en las olas, se hundió (Mateo 14:28-30).

Eso mismo pasa en la vida real: cuando pones tu atención solo en los problemas, te hundes en la ansiedad, la tristeza o la desesperanza. Pero cuando miras a Jesús, puedes caminar firme, incluso en medio de la tormenta.
Jesús tomó la mano de Pedro y le dijo: “Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?” (Mateo 14:31). Él no lo dejó hundirse. Y tampoco te dejará hundirte a ti.

¿Qué aprendemos para nuestra vida?

  • Las tormentas son parte de la vida. Todos pasamos por ellas, pero no son eternas.
  • El miedo puede ser más peligroso que el problema. No permitas que te paralice.
  • Dios está por encima de tus circunstancias. Él camina sobre lo que a ti te preocupa.
  • Enfócate en Jesús, no en las olas. Si miras a Dios, podrás avanzar en fe.
  • Nunca estarás solo. Jesús siempre extiende su mano para sostenerte.

Génesis 35:3
nos recuerda que Jacob levantó un altar diciendo:
“El Dios que me respondió en el día de mi angustia ha estado conmigo en el camino que he andado”.
El mismo Dios que estuvo con Jacob, con Moisés, con Pedro… está contigo hoy.

Reflexión :

Puede que hoy tu tormenta sean las finanzas, la salud, un conflicto familiar o un corazón herido. Pero Dios no te abandonará. Él sigue diciendo:

“Ten ánimo, yo soy, no temas”.

Cuando lo reconoces en medio de tu tormenta, lo único que te queda es adorar como los discípulos lo hicieron al final de esa historia:
“Verdaderamente eres Hijo de Dios” (Mateo 14:33).

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🙏Oracion Final

Señor, hoy reconozco que estoy en medio de tormentas que me asustan y me hacen dudar. Pero también sé que Tú caminas sobre lo que me quiere hundir. Te pido que me tomes de la mano, como lo hiciste con Pedro, y me recuerdes que no estoy solo. Dame fe para mirarte a Ti y no a mis problemas. Quita el miedo de mi corazón y lléname de paz. Declaro que mi vida está en tus manos y que contigo saldré adelante. En el nombre de Jesús, amén.
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