08 de Septiembre – Un Día a la Vez: 365 Momentos con Él
Leones, osos y gigantes: cómo vencer lo oculto antes de brillar en público
Ungidos para algo grande1 Samuel 16:11Samuel preguntó a Isaí: “¿Son todos tus hijos?”. Isaí respondió: “Queda el menor, que cuida las ovejas”. Samuel dijo: “Mándalo a llamar, porque no nos sentaremos a la mesa hasta que él llegue”.
Qué impresionante: nadie podía disfrutar del banquete hasta que David llegara. Eso nos enseña que
hay lugares y oportunidades que Dios aparta solo para ti, y aunque otros se adelanten, no podrán ocupar lo que está reservado para tu vida.
David quizá dudaba cómo terminar el famoso Salmo 23, pero este momento lo inspiró a escribir:
“Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando”.
Aplicación hoy:No te desesperes si parece que todos avanzan menos tú. Si Dios preparó una mesa para ti, nadie comerá hasta que llegues. Tu lugar no se pierde. Aunque otros piensen que no encajas o no lo mereces, el Señor tiene un tiempo exacto para ponerte donde debes estar.
1 Samuel 16:12Cuando trajeron a David, Dios le dijo al profeta: “¡Éste es!”.
Así es contigo: quizá no te sientes capaz o no crees que Dios tenga algo grande para ti, pero cuando llega tu momento,
tu llamado te perseguirá.
- Dios le dice a tu jefe: “Es él a quien debes promover”.
- Dios le dice al inversionista: “Es ella a quien debes apoyar”.
- Dios le dice a la persona correcta: “Es con él/ella con quien debes caminar”.
Cuando la unción de Dios está sobre ti, no importa lo que opinen los demás:
su voz se impone sobre cualquier circunstancia.
1 Samuel 16:13Samuel ungió a David y desde ese día el Espíritu de Dios vino sobre él.
Aunque David siguió cuidando ovejas, ya no era el mismo. Lo mismo pasa contigo: aunque tu trabajo o situación no cambie de inmediato, cuando recibes la unción de Dios,
tu destino empieza a moverse hacia lo que Él preparó para ti.
Hoy quizá te toca un empleo que no disfrutas, o tareas que parecen pequeñas, pero si la unción de Dios está contigo, te llevará paso a paso al lugar de tu propósito.
1 Samuel 17:22-25Cuando David llegó al campo de batalla y escuchó hablar de Goliat, preguntó: “¿Qué recibirá quien lo venza?”.
David entendió algo clave:
los gigantes no son obstáculos, son oportunidades disfrazadas.
- La familia que te corrige no es un gigante: es una oportunidad para crecer en humildad y carácter.
- El verdadero gigante es lo que amenaza tu futuro, lo que quiere detener tu propósito.
David se atrevió porque supo que había una recompensa detrás del desafío. Tú también debes mirar tus problemas con otra perspectiva:
¿qué crecimiento, qué bendición hay detrás de esta lucha?1 Samuel 17:26David no enfrentó a Goliat confiando en su fuerza, sino en el nombre de Dios. Antes ya había vencido al oso y al león en secreto.
- El león representa las tentaciones externas, lo que te rodea y busca atraparte cuando estás débil.
- El oso representa tus batallas internas, tu carne, lo que surge de dentro y de pronto quiere derribarte.
Si logras vencer esos enemigos en privado, estarás listo para derrotar a tu gigante en público.
Aplicación hoy:Quizá todavía no has recibido tu promoción, tu reconocimiento o ese avance que esperas. Puede ser porque aún tienes que trabajar en esas luchas internas y secretas. Cuando venzas ahí, Dios te expondrá para derrotar gigantes delante de todos.
1 Samuel 17:41-42Goliat menospreció a David y lo insultó. Pero fue la última vez que habló, porque David lo hizo callar al enfrentarlo en el nombre de Dios.
Aplicación hoy:El gigante que amenaza tu vida se callará cuando tú hables con fe. Puede que la gente piense que estás loco, pero la única manera de callar las voces de miedo, inseguridad o fracaso es
hablando la Palabra de Dios.