UN DIA A LA VEZ
365 Momentos con Él: OCTUBRE
OCTUBRE
25 de octubre – 365 momentos con El
Cuando el pasado duele, Dios escribe un futuro lleno de gozo
Cuántas veces hemos sentido que el pasado pesa más que nuestras fuerzas?
Todos hemos tenido días difíciles, momentos en los que parecía que la tristeza no acabaría. Pero el Salmo 90 nos recuerda algo poderoso:
Dios sigue siendo nuestro refugio, ayer, hoy y siempre. No importa cuánto hayas llorado ni cuánto tiempo hayas perdido; cada mañana es una nueva oportunidad para volver a sonreír bajo la luz de Su misericordia. Hoy, el Señor te invita a dejar atrás el dolor y prepararte para un nuevo tiempo de alegría, restauración y propósito.
25 de octubre – 365 momentos con El.
No mires atrás: el Señor te prepara un amanecer de esperanza
25 de octubre – Un Día a la Vez: 365 Momentos con Él
De la tristeza a la alegría: Dios tiene un nuevo tiempo para ti
Salmo 90: Nuevos tiempos de alegría
“Señor, tú has sido nuestro refugio generación tras generación. Desde antes que nacieran los montes y que crearas la tierra y el mundo, desde los tiempos antiguos y hasta los tiempos postreros, tú eres Dios.”(Salmo 90:1–2)
“De mañana sácianos de tu misericordia, y cantaremos y nos alegraremos todos nuestros días... Sea la luz de Jehová nuestro Dios sobre nosotros, y la obra de nuestras manos confirma sobre nosotros.”(Salmo 90:14–17)
Un mensaje para este tiempo
A veces, la vida parece una escuela donde aprendemos a base de caídas, lágrimas y errores. Pero Dios nos invita a mirar más allá del dolor y descubrir que cada lección tiene un propósito.
Quizá pasaste por momentos que te dejaron sin fuerzas: una pérdida, una traición, un fracaso o una etapa que no salió como esperabas. Sin embargo, Dios no te dejó ahí. Él sigue siendo tu refugio, el mismo Dios de ayer, hoy y siempre.
Cada mañana es una nueva oportunidad para comenzar de nuevo, respirar profundo y decir:
“Señor, gracias, porque tu misericordia me da una nueva razón para alegrarme.”
El pasado no define tu futuro
Aprender del pasado es sabio; vivir atrapado en él es una trampa. Hay personas que repiten una y otra vez sus errores o sus tristezas, como si se inscribieran en “la escuela del resentimiento”. Pero eso solo te ata, te roba energía y te impide avanzar.
Dios quiere que cambies de escuela: de la del resentimiento a la escuela de Su Palabra.
Ahí es donde aprendemos a perdonar, a soltar y a mirar hacia adelante con esperanza.
Así como Pablo decía:
“olvidando lo que queda atrás y extendiéndome a lo que está por delante” (Filipenses 3:13), tú también puedes dejar atrás lo que te pesaba.
No creas las mentiras del enemigo
El enemigo querrá hacerte pensar que ya no hay nada nuevo para ti, que todo está perdido, que tu mejor momento ya pasó.
Pero eso es mentira.
Estás a punto de entrar a un tiempo de gloria, alegría y abundancia.
Dios no se ha olvidado de ti; al contrario, está preparando algo que superará tus expectativas.
Vive un día a la vez
Hay dos días en los que no vale la pena preocuparse: ayer y mañana.
El ayer ya pasó; no se puede cambiar.
El mañana aún no ha llegado.
El único día que tienes para actuar, disfrutar y confiar es hoy.
Cada decisión que tomes hoy puede cambiar tu mañana. No reacciones desde el dolor, actúa con fe. No hables desde la herida, habla desde la esperanza.
Tu vida puede ser el cambio
En tu casa, en tu trabajo o donde estudies, tú puedes ser ese rayo de luz que otros necesitan.
Cuando buscas la guía de Dios y obedeces su voz, los frutos no tardan en llegar.
Recuerda: los peores recuerdos ya quedaron atrás. Entiérralos.
Levanta la mirada y alégrate, porque lo que Dios va a hacer en tu vida será mucho mejor que lo que dejaste atrás.
Dile :
Dios amado, gracias por no soltarme nunca.
Hoy decido dejar atrás la tristeza, el rencor y el miedo.
Abro mi corazón a tu misericordia y creo que vienen nuevos tiempos de alegría, restauración y promesas cumplidas.
Espíritu Santo, ayúdame a perdonar, a sanar y a seguir adelante con fe.
Este es tu tiempo, Señor… y también es mi tiempo.
Tú lo dijiste, y así será.
Amén.
Hoy decido dejar atrás la tristeza, el rencor y el miedo.
Abro mi corazón a tu misericordia y creo que vienen nuevos tiempos de alegría, restauración y promesas cumplidas.
Espíritu Santo, ayúdame a perdonar, a sanar y a seguir adelante con fe.
Este es tu tiempo, Señor… y también es mi tiempo.
Tú lo dijiste, y así será.
Amén.
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Señor, gracias por ser mi refugio cuando todo se derrumba. Hoy decido soltar el pasado, dejar atrás lo que me robó la paz y abrir mi corazón a tu misericordia. Renuévame, Padre. Enséñame a disfrutar de este nuevo tiempo que has preparado para mí. Que cada día pueda ver tu mano obrando en mi vida. Amén.¿Te gustó este artículo? ¡Déjanos tu opinión y compártelo con tus amigos!
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