OCTUBRE

19 de octubre – 365 momentos con El


Tu error no te define, la misericordia de Dios sí


A veces sentimos que fallamos tanto que Dios ya no querrá escucharnos.

Nos pesa la culpa, nos alejamos, y el gozo desaparece.


Pero el Salmo 51 nos recuerda algo poderoso: Dios no se aleja del corazón arrepentido.

Como David, puedes volver a sentir Su presencia, Su paz y Su amor.


Este salmo no es solo una oración antigua… es una puerta abierta para que empieces de nuevo, hoy.

19 de octubre – 365 momentos con El.

Cuando ya no sabes cómo volver, Dios te muestra el camino del perdón

19 de octubre – Un Día a la Vez: 365 Momentos con Él



No hay pecado tan grande que el amor de Dios no pueda limpiar


Salmo 51: Misericordia al corazón arrepentido
Hay momentos en la vida en que sentimos que fallamos tan fuerte, que no hay vuelta atrás. Que Dios ya no nos escucha, o que no merecemos perdón.
Eso fue exactamente lo que vivió el Rey David cuando escribió el Salmo 51.
Después de cometer un error muy grave, David no buscó esconderlo ni justificarse. En cambio, se arrodilló delante de Dios con el corazón hecho pedazos y oró:
“Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio,
y renueva un espíritu recto dentro de mí.
No me eches de tu presencia,
ni quites de mí tu Santo Espíritu.
Devuélveme el gozo de tu salvación.”
(Salmo 51:10-12)

David no pedía riquezas, ni fama, ni éxito.
Solo quería una cosa: volver a sentir la presencia de Dios.
Porque cuando nos alejamos de Él, la vida se vuelve gris. Perdemos la alegría, la paz y el propósito.

Cuando la culpa pesa más que el amor
¿Te ha pasado que haces algo mal y no puedes ni orar porque sientes vergüenza?
Esa voz en tu cabeza te dice: “Ya no mereces el perdón de Dios.”
Así se sentía David. Había pecado, había perdido un hijo, y su alma estaba cansada. Pero aun en medio de su dolor, se atrevió a hablar con Dios con honestidad.
Y eso es exactamente lo que Dios espera de nosotros:
no excusas, no máscaras, sino un corazón sincero.

Dios no busca perfección, busca arrepentimiento.
No hay pecado tan grande que Dios no pueda perdonar
A veces creemos que nuestro error fue “demasiado grave”, que no hay manera de reparar el daño.
Pero si David —un hombre que cayó tan bajo— pudo levantarse con la ayuda de Dios, tú también puedes hacerlo.
La misericordia de Dios no tiene fecha de vencimiento.
Él no cancela a las personas, Él restaura corazones.
David oró:
“Restaura en mí la alegría de tu salvación y haz que esté dispuesto a obedecerte.” (v.12)
Y esa puede ser también tu oración hoy.
Si sientes que tu fe está fría, que todo lo haces por rutina, pídele a Dios lo mismo:
“Señor, devuélveme la alegría de tu salvación.”
Porque cuando nos reconciliamos con Él, todo dentro de nosotros vuelve a cobrar vida.

REFLEXION:

  • Arrepentirse no es debilidad, es valentía.
  • Dios no te rechaza cuando fallas, te abraza cuando te arrepientes.
  • El gozo perdido puede ser restaurado.

No importa lo que hiciste, Dios sigue queriendo escribir una nueva historia contigo.

Y si hoy sientes que no puedes más, solo repite lo que dijo David:
“Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio.”
Él escuchará. Siempre lo hace.

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🙏Oracion Final

Señor, limpia mi corazón de todo lo que me separa de Ti.
Devuélveme la alegría de tu salvación.
Renuévame por dentro y hazme sentir de nuevo el abrazo de tu presencia.
No me dejes caminar sin Ti, porque solo contigo mi alma tiene paz.
Amén.
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