UN DIA A LA VEZ
365 Momentos con Él: OCTUBRE
OCTUBRE
16 de octubre – 365 momentos con El
La rutina que cambia tu día: cómo fortalecer tu fe cada mañana
Cada día seguimos una rutina: despertarnos, bañarnos, desayunar, trabajar… Pero ¿y el alma?
A veces corremos tanto detrás de nuestras metas que olvidamos alimentar la parte más importante de nosotros: el espíritu.
El Salmo 37 nos recuerda que, así como el cuerpo necesita energía, el corazón necesita fe.
Dios no busca una religión, busca una relación contigo. Y esa relación se fortalece con una rutina espiritual diaria que te llena de paz, propósito y esperanza.
16 de octubre – 365 momentos con El.
Confía, haz el bien y no te rindas: tres pasos para vivir en paz con Dios
16 de octubre – Un Día a la Vez: 365 Momentos con Él
Antes de salir de casa, alimenta tu alma: el secreto del Salmo 37
Salmo 37: Rutina espiritual diaria
Cada mañana tenemos una rutina: despertarnos, bañarnos, desayunar, ir al trabajo o estudiar.
Pero muchas veces olvidamos algo muy importante:
nuestra rutina espiritual.
Así como el cuerpo necesita alimento y descanso, el alma necesita tiempo con Dios.
David, en el Salmo 37, nos invita a disfrutar de esa relación diaria con Él.
“Confía en el Señor y haz el bien; entonces vivirás seguro en la tierra y prosperarás.
Deléitate en el Señor, y él te concederá los deseos de tu corazón.”
— Salmos 37:3-4
1. Créele a DiosTodos los días enfrentamos situaciones que nos hacen dudar:
ves personas que hacen el mal y les va bien, mientras tú haces lo correcto y te cuesta más.
David también se preguntaba eso, pero aprendió una verdad poderosa:
No te inquietes por lo que ves, confía en lo que Dios prometió.
Si solo piensas en tus problemas, te llenarás de ansiedad.
Pero si piensas en las promesas de Dios, te llenarás de fe.
Cambia tu enfoque: mira menos tus circunstancias y más la bondad de Dios.
A veces no entendemos por qué las cosas tardan, pero la fe es creer aunque no veas.
Tu oración fortalece tu confianza, y esa fe te transforma.
“El Señor siempre cumple sus promesas; es bondadoso en todo lo que hace.
Él ayuda a los caídos y levanta a los agobiados.”
— Salmos 145:13-14
Cada día tienes dos opciones:
- creerle al mundo cuando dice “no puedes”,
- o creerle a Dios cuando dice “yo lo haré posible”.
2. Haz el bien
En la vida, puedes dejar huellas o dejar heridas.
Tus palabras y acciones pueden levantar o destruir a alguien.
Hacer el bien no siempre es fácil, pero es lo correcto.
Aprende a ver más allá de tu punto de vista, ponte en los zapatos de los demás.
Los actos de bondad que haces en silencio, Dios los celebra en el cielo.
No necesitas un gran escenario para servir a Dios.
Tu casa, tu trabajo, tu vecindario pueden ser tu lugar de servicio.
“El Señor cuida a los justos.”
— Salmos 37:17
No existe justo desamparado.
Si haces el bien, prosperarás, porque Dios respalda a los que caminan con Él.
3. Sé agradecido y esfuérzate
“Deléitate en el Señor, y él te concederá los deseos de tu corazón.
Entrega al Señor todo lo que haces; confía en él, y él te ayudará.
— Salmos 37:4-5
Deleitarte en Dios es disfrutar de Su presencia, incluso en los días difíciles.
Ser agradecido es reconocer que todo lo que tienes viene de Él.
Y si Dios no se cansa de bendecirte, tú no te canses de agradecerle.
Tu felicidad no debe depender de tus circunstancias, sino de tu relación con Él.
Dios no puede bendecir algo que no haces, por eso esfuérzate cada día.
Haz tu parte, confía, y verás cómo Él hace la suya.
“El Señor rescata a los justos; Él es su fortaleza en tiempos de dificultad.
Los ayuda, los salva y ellos encuentran refugio en Él.”
— Salmos 37:39-40
REFLEXION:
Así como alimentas tu cuerpo cada día, alimenta tu espíritu.
Cree, haz el bien, agradece y esfuérzate.
Esa es la rutina espiritual que te mantiene firme cuando la vida se complica.
Cree, haz el bien, agradece y esfuérzate.
Esa es la rutina espiritual que te mantiene firme cuando la vida se complica.
- Cuando haces de Dios tu prioridad, todo lo demás encuentra su lugar.
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🙏Oracion Final
Señor, hoy quiero comenzar mi día contigo.Ayúdame a confiar cuando no entiendo, a hacer el bien cuando nadie mira,
a agradecer incluso cuando me cuesta, y a esforzarme aunque parezca difícil.
Haz de mi rutina un momento sagrado contigo,
y que en cada paso que dé, pueda reflejar tu amor.
Amén.
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