UN DIA A LA VEZ
365 Momentos con Él: OCTUBRE
OCTUBRE
15 de octubre – 365 momentos con El
El río de bendiciones que puede llenar lo que el mundo no puede
Hay días en los que todo parece estar bien por fuera, pero por dentro algo falta.
Esa sensación de vacío, de cansancio sin explicación, de buscar algo que no sabes definir… es sed del alma.
Y sólo hay un lugar donde esa sed se apaga: en el río de Dios.
Su presencia no es una opción religiosa, es la fuente que te devuelve la vida.
Hoy Él te invita a acercarte, a sumergirte en su amor, y a descubrir que cuando su agua toca tu corazón… todo vuelve a florecer.
15 de octubre – 365 momentos con El.
Cuando te atacan sin razón, deja que Dios hable por ti
15 de octubre – Un Día a la Vez: 365 Momentos con Él
Cuando todo se seca, solo su presencia puede hacerte florecer otra vez
Salmo 36: En el río de tus bendiciones
¿Alguna vez te has sentido vacío, sin fuerzas o con el corazón seco?
Todos pasamos por momentos así.
Nos levantamos, trabajamos, cumplimos, pero por dentro sentimos un vacío que nada llena. Ni la gente, ni el dinero, ni los logros... nada parece suficiente.
Es ahí cuando Dios nos llama a volver a su río de bendiciones, ese lugar donde el alma vuelve a tener vida.
El salmo dice:
“Dios mío, tu amor es incomparable. Bajo tu sombra todos hallamos refugio. En tu río de bendiciones apagas nuestra sed. Sólo en ti se encuentra la fuente de la vida.” (Salmo 36:7-9)
El amor de Dios es como un río que nunca se seca.
Puedes intentar beber de muchas fuentes: del éxito, del reconocimiento, del afecto de otros… pero sólo Él puede calmar la sed que llevas dentro.
Dios no te ofrece solo agua para hoy, te invita a sumergirte en un río eterno donde hay paz, perdón, propósito y vida nueva.
Isaías 55:1 lo dice así:
“A todos los sedientos: vengan a las aguas.”
Dios no busca gente perfecta, busca gente sedienta, personas que admitan que lo necesitan.
Sed por su presencia
¿Recuerdas cómo antes te emocionaba leer la Biblia o pasar tiempo con Dios?
Esa sed que sentías no se perdió… solo se secó un poco. Pero hoy Dios quiere reavivarla.
Él te dice: “Ven a mi río. Sumérgete de nuevo. Deja que mi presencia refresque tu corazón cansado.”
El salmo 42 lo explica con una imagen hermosa:
“Como el ciervo busca las corrientes de las aguas, así clama por ti mi alma, oh Dios.”
Ese ciervo no bebía por gusto, bebía para vivir.
Así también nosotros: sin la presencia de Dios, nuestra alma se marchita. Pero cuando volvemos a su río, todo en nosotros reverdece.
Cuando el agua toca lo muerto
Aunque te sientas seco o sin fuerzas, aún hay esperanza.
Job 14:9 dice:
“Al percibir el agua, el árbol muerto reverdecerá.”
Dios puede hacer lo mismo contigo. Lo que parecía muerto —tu fe, tus ganas, tu pasión— puede volver a florecer cuando su presencia te toca.
REFLEXION:
Dios no quiere que sobrevivas seco, sino que vivas saciado.
Él es tu fuente, tu refugio y tu paz.
No corras detrás de lo que no llena, mejor sumérgete en su río y deja que Él te renueve por dentro.
Hoy dile:
Él es tu fuente, tu refugio y tu paz.
No corras detrás de lo que no llena, mejor sumérgete en su río y deja que Él te renueve por dentro.
Hoy dile:
- “Señor, tengo sed de ti. Nadie me entiende como tú. Nadie me llena como tú. Quiero volver a tu río y quedarme ahí, donde mi alma revive.”
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🙏Oracion Final
Señor, tengo sed de ti.He buscado saciar mi alma en muchas cosas, pero solo tu presencia puede llenarme.
Riega mis sequedades, toca lo que está marchito en mí, y hazme florecer otra vez.
Sumérgeme en tu río de bendiciones, donde hay paz, amor y nueva vida.
No quiero solo un sorbo, quiero vivir en tu río cada día.
Amén.
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