OCTUBRE

10 de octubre – 365 momentos con El


No corras sin dirección, deja que Dios te muestre el camino correcto


Todos, en algún momento, hemos sentido que la vida se nos complica: enemigos que nos critican, decisiones difíciles, caminos que no sabemos si son los correctos.

En esos momentos, Dios no nos deja solos… Él nos invita a confiar, descansar y dejarnos guiar.

El Salmo 25 es una conversación íntima entre un corazón confundido y un Dios que quiere mostrar el camino.

No se trata de entenderlo todo, sino de caminar de la mano del que nunca falla. Si estás cansado de intentar controlar todo, este mensaje es para ti: Dios quiere acercarte a su corazón.

10 de octubre – 365 momentos con El.

Cuando confías en Dios, nada te avergüenza: aprende a vivir cerca de su corazón

10 de octubre – Un Día a la Vez: 365 Momentos con Él


El secreto de los que caminan con paz: dejar que Dios te guíe paso a paso


Salmo 25: “Cerca de su corazón” v.1-2
“Oh Señor, te entrego mi vida. ¡Confío en ti, mi Dios! No permitas que me avergüencen, ni dejes que mis enemigos se regodeen en mi derrota.
Nadie que confíe en ti será jamás avergonzado, pero la deshonra les llega a los que tratan de engañar a otros.”

Hay momentos en los que sentimos que la vida se vuelve una lucha constante. Hay personas que no entienden nuestro esfuerzo, críticas que duelen, situaciones que parecen injustas.

David también pasó por eso.
Pero en vez de quejarse, hizo algo diferente:
se acercó a Dios y le entregó su confianza total.

David entendió que cuando confías en Dios, Él se convierte en tu escudo, en tu defensor silencioso.

No necesitas responderle a todos ni demostrar nada. Dios mismo se encargará de vindicarte.
En la vida real, esto es como cuando dejas de discutir con quien te quiere hacer quedar mal, porque sabes que la verdad —como Dios— siempre termina saliendo a la luz.

v.4-5 “Muéstrame la senda correcta, oh Señor; enséñame el camino que debo seguir. Guíame con tu verdad y enséñame, porque tú eres el Dios que me salva. Todo el día pongo en ti mi esperanza.”

David no le pidió a Dios rapidez, ni venganza, ni explicaciones.
Le pidió dirección.

Porque a veces el milagro que necesitamos no es que Dios cambie nuestras circunstancias, sino que nos muestre el camino correcto dentro de ellas.
En este salmo, Dios nos enseña que cuando pedimos guía, Él no nos da un mapa, sino su mano.
Y cuando caminas tomado de su mano, no importa si el sendero es oscuro, porque vas acompañado del que nunca se equivoca.

En la vida diaria, pedir dirección a Dios es como poner el GPS en “modo fe”: no ves todo el trayecto, pero confías en que el destino será seguro.

Cerca de su corazón
El versículo 14 dice:
“La comunión íntima del Señor es con los que le temen, y a ellos hará conocer su pacto.”
Temer a Dios no es tenerle miedo, sino respetarlo profundamente, amarlo tanto que no quieres lastimarlo con tus decisiones.
Es vivir conscientes de que Él está presente en todo lo que hacemos.
El temor de Dios no te aleja, te acerca.

Porque cuando reconoces su grandeza y tu fragilidad, tu corazón se vuelve sensible a su voz.
Y ahí, en esa cercanía, es donde descubres el secreto más hermoso:

Dios comparte su corazón con quienes viven cerca del suyo.

  1. Bendiciones de los que temen a Dios,Tienen una relación íntima con Él. Están tan cerca de su corazón que sienten su paz incluso en medio del caos.
  2. Dios se convierte en su protector. Él pelea tus batallas, defiende tu nombre y te da fuerza cuando otros te atacan.
  3. Nada les falta. Quien teme y ama a Dios, nunca se queda sin lo que realmente necesita.
En la vida real, esto se nota en las personas que viven con paz. No porque no tengan problemas, sino porque tienen una fe que los sostiene.

Reflexión

Señor, me rindo ante Ti.
Reconozco que sin tu guía, me pierdo fácilmente.
Enséñame a temerte, no con miedo, sino con respeto y amor.
Ayúdame a vivir de una manera que refleje tu corazón.
Tómame de la mano y muéstrame el camino correcto.
Quiero estar tan cerca de Ti que mi vida lata al ritmo de tu corazón.Amén.

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🙏Oracion Final

Señor, enséñame a confiar en Ti incluso cuando no entiendo el camino.
Quita de mí el miedo a fallar y dame la valentía de seguir tu voz.
Hazme sensible a tu dirección, fuerte ante los enemigos y firme en tu amor.
Llévame cada día más cerca de tu corazón.Amén.
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