UN DIA A LA VEZ
365 Momentos con Él: OCTUBRE
OCTUBRE
02 de octubre – 365 momentos con El
Cuando todos están contra ti, recuerda quién pelea por ti
¿Has sentido que el mundo entero está en tu contra? Críticas, problemas, preocupaciones que no te dejan en paz… Así estaba David cuando escribió el
Salmo 3.
No era una pelea pequeña: eran miles contra uno.
Pero en lugar de rendirse, él decidió confiar en Dios y declarar:
“Tú eres mi escudo, mi gloria y quien levanta mi cabeza”. Ese mismo Dios que defendió a David también puede defenderte a ti hoy.
02 de octubre – 365 momentos con El.
¿No puedes dormir por la preocupación? Este salmo es para ti
03 de octubre – Un Día a la Vez: 365 Momentos con Él
El escudo invisible que nunca falla
Salmo 3: Dios, mi escudo y mi gloria
Cuando todo está en tu contra
David empieza este salmo diciendo:
"Oh Señor, tengo tantos enemigos; son muchos los que están en mi contra. Son tantos los que dicen: ¡Dios no lo rescatará!" (Salmo 3:1-2)
¿Te ha pasado? Momentos en los que sientes que todos hablan mal de ti, que la vida se pone difícil y que hasta parece que Dios se olvidó de tu caso. Puede ser en tu trabajo, en tu familia o con amigos: te critican, te juzgan, te dan la espalda… y tú piensas:
“¿Dónde está Dios?”
Eso mismo le pasaba a David. Él estaba en la minoría. Sus enemigos eran miles, y todos querían verlo caer. Pero en medio de esa tormenta, David tomó una decisión: confiar en Dios y buscarlo como su escudo, su gloria y quien levantaba su cabeza.
El verdadero escudo
David declaró:
"Pero tú, oh Señor, eres un escudo que me rodea; eres mi gloria, el que sostiene mi cabeza en alto. Clamé al Señor, y él me respondió desde su monte santo" (Salmo 3:3-4).
Cuando todo te rodea, cuando los problemas parecen demasiado grandes, recuerda esto: Dios es tu escudo. No es un escudo pequeño, es uno que te cubre por completo.
- Un escudo que protege tu mente de pensamientos de derrota.
- Un escudo que protege tu corazón del desánimo.
- Un escudo que te recuerda que no estás solo, aunque todos se alejen.
Dormir en paz en medio de la tormenta
David también dice:
"Me acosté y dormí, pero me desperté a salvo, porque el Señor me cuidaba" (Salmo 3:5).
¿Alguna vez te has quedado despierto toda la noche preocupado, dándole vueltas a un problema? Eso roba la paz. Pero David, con miles de enemigos persiguiéndolo, podía dormir tranquilo.
¿Por qué? Porque sabía que Dios estaba despierto cuidando de él.
No existe mejor guardián que Dios mismo. Él promete darte paz en la noche y fuerzas en el día.
La verdadera victoria
David termina clamando:
"¡Levántate, oh Señor! ¡Rescátame, Dios mío! … La victoria proviene de ti, oh Señor; bendice a tu pueblo" (Salmo 3:7-8).
Cuando ores, no pidas venganza contra los que te hicieron daño. Pide la justicia de Dios. Porque al final, la victoria no depende de tu fuerza, tu esfuerzo ni tu astucia. La victoria viene de Dios.
Recuerda:
- Aunque te critiquen o te juzguen, Dios es tu escudo.
- Aunque estés roto en pedazos, Él es quien levanta tu cabeza.
- Aunque los problemas no paren, puedes dormir tranquilo porque Dios vela por ti.
- Aunque sientas que pierdes, recuerda: la victoria siempre proviene de Dios.
“Dios, Tú eres mi escudo, mi gloria y quien sostiene mi vida en alto.”
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Señor, cuando me sienta débil y rodeado de problemas, recuérdame que Tú eres mi escudo, mi gloria y quien levanta mi cabeza. Dame paz para dormir confiado y fe para creer que la victoria siempre vendrá de Ti.¿Te gustó este artículo? ¡Déjanos tu opinión y compártelo con tus amigos!
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