UN DIA A LA VEZ

365 Momentos con Él: MAYO

MAYO

23 de Mayo – 365 momentos con El


"No Te Rindas: Dios Aún Está Obrando"


Detente un momento y mírate: has pasado por tanto, has enfrentado tormentas, pruebas, decepciones… y aun así estás aquí. ¿Sabes por qué? Porque dentro de ti hay algo que se niega a rendirse. Ese algo tiene nombre: fe.
Pero escúchame bien:
no basta con empezar bien, lo que te llevará a la victoria es tu capacidad de perseverar cuando todo se pone en contra. Dios no premia las intenciones, sino la constancia. Él no responde al desánimo, sino a la fe firme que no retrocede aunque tiemble.
Hoy quiero decirte con toda claridad: ¡No te detengas! No abandones justo antes del milagro. No bajes los brazos justo cuando el cielo está por abrirse a tu favor. La diferencia entre los que vencen y los que se rinden no es la fuerza, es la actitud.
Y si te estás preguntando si vale la pena seguir, la respuesta es un rotundo . Porque el que persevera, ve la mano de Dios. El que resiste, hereda la promesa. Y tú no fuiste llamado a vivir en derrota, sino a ser columna en el templo de Dios, un testigo vivo de Su fidelidad.

Hoy no es día de retroceder. Hoy es día de levantar la cabeza, alinear tu corazón con el cielo y caminar como el vencedor que ya eres.

MAYO DIA 23

23 de Mayo – 365 momentos con El.

"Tu Actitud Define Tu Altitud"

23 de Mayo – Un Día a la Vez: 365 Momentos con Él


"No Te Rindas: Dios Aún Está Obrando"


Perseverar es mantenernos firmes y constantes en lo que hemos comenzado.

Muchas veces queremos rendirnos, dejar de luchar y escapar. Pero justo en el último minuto del partido, cuando el día se vuelve más difícil, se escucha una voz en lo profundo de tu ser que te dice: “¡Persevera!”

A Dios no lo conmueve el tamaño de tu necesidad, sino la profundidad de tu fe. Hoy te digo:
Persevera en tu fe.
No te detengas hasta ver la mano de Dios obrando en tu vida.
Recuerda que estamos cubiertos por Su gracia. No hay razón para desesperar. Cuando Dios está en control, el estrés se disipa y la paz llega.
Esta es mi oración por ti, basada en Colosenses 4:12

“Siempre ora con fervor por ustedes y le pide a Dios que los fortalezca y perfeccione, y les dé la plena confianza de que están cumpliendo toda la voluntad de Dios.”

Aun cuando sientas que tus oraciones no pasan del techo, sigue orando.

La oración es la licencia legal en la Tierra para que el Cielo intervenga.
Y cuando ores, hazlo con actitud de vencedor. Si quieres cambiar tu vida, debes cambiar tus actitudes.

Puede que no sepas qué hay delante, pero si vas con Dios, el final siempre será de victoria. En nuestro camino hacia la tierra prometida, encontraremos oposición y voces negativas que buscarán desanimarnos.
¡No los escuches, escucha a Dios!

Tu actitud determina tu altitud.
Aun si nadie más prospera, tú lo harás. Aunque otros solo vean tinieblas, tú eres luz. Donde tú llegas, las tinieblas se disipan.
Donde otros ven enfermedad y muerte, tú verás sanidad y vida porque crees y perseveras.

Quien anhela una vida de victoria, no puede vivir con actitudes de derrota.

No pongas tus ojos en las circunstancias, ponlos en Dios.
No los pongas en quienes te fallan, fíjalos en el Amigo que nunca falla.
Dios nos dio un mandato: ¡Persevera!

Permanece firme, porque aunque la batalla se torne intensa, nuestro General Celestial ya decretó tu victoria.
Serás una columna en Su templo, firme, inamovible.
Tus debilidades de hoy serán tus fortalezas en Dios.
Tus actitudes pueden ser tu mejor aliado o tu peor enemigo.
Pero ya tienes la orden: ¡Persevera y saldrás vencedor!
Piensa en esto: los aviones tienen un indicador de actitud, un instrumento que les muestra su posición respecto al horizonte.
Si el avión desciende, su actitud es baja. Si asciende, su actitud es alta.
Lo mismo ocurre contigo:
si tu actitud es negativa, tu vida va en picada. Pero si tu actitud es de fe y victoria, tu vida va en ascenso.
Todos pasamos por tiempos difíciles: problemas financieros, enfermedades, matrimonios rotos… tormentas que parecen inexplicables para un hijo de Dios.
Pero aquí tienes buenas noticias:
¡no estás solo!
Tal vez no sabes cómo llegará la respuesta, pero debes entender que las pruebas llegan para todos.

Jesús mismo lo dijo en Juan 16:33:

“Aquí en el mundo tendrán muchas pruebas y tristezas; pero anímense, porque yo he vencido al mundo.”

El error de muchos es confiar en sus emociones en lugar de confiar en lo que Dios dice.

La Palabra de Dios es nuestro ancla. Es la base firme que nos sostiene en cualquier tormenta.
2 Corintios 4:8-10 lo resume así:

“Por todos lados nos presionan las dificultades, pero no nos aplastan. Estamos perplejos, pero no desesperados. Somos perseguidos, pero nunca abandonados. Derribados, pero no destruidos.”

Si hoy estás en medio de una tormenta.


🙏Recuerda:

Estás de paso, no te quedarás allí. No acampes en la prueba. Sigue caminando. Al otro lado, te espera tu destino.
Nuestra lucha es de fe, pero Dios promete darte la fuerza si no te rindes.
Confía en Él, en lo que ha dicho en Su Palabra.
No olvides lo que dice el Salmo 23:4:
“Aunque pase por el valle más oscuro, no temeré, porque tú estás a mi lado. Tu vara y tu cayado me protegen y me confortan.”
"Si hoy sientes que necesitas un cambio en tu vida, un consuelo en tu corazón o simplemente alguien que ore por ti, baja un poco más. Estamos aquí para apoyarte en oración y creer junto a ti que Dios tiene un propósito perfecto para tu vida. No estás solo, y juntos podemos llevar tus peticiones ante Él."
PASO 1
Desliza hasta el final
PASO 2
haz clic en el enlace de 'Petición de Oración
PASO 3
"Envía tu petición de oración y permítenos acompañarte en este camino. Estamos aquí para orar contigo y por ti."

🙏Oracion Final

Señor, hoy me presento delante de Ti con el corazón firme, pero también consciente de mis luchas. Reconozco que muchas veces he querido rendirme, he sentido el peso del desánimo, y he pensado que no podía más… pero hoy, en Tu presencia, renuevo mis fuerzas.
Te pido, Dios mío, que me llenes de una fe inquebrantable, una fe que no se mueve por lo que ve, sino por lo que cree. Enséñame a perseverar, aun cuando todo parezca oscuro, aun cuando no vea respuesta inmediata. Que mi actitud refleje la confianza de un hijo que sabe que su Padre nunca falla.
Hazme fuerte en la debilidad, valiente en medio del temor, y constante en medio de la prueba. Quita de mí toda actitud de derrota, y reemplázala con la mentalidad de un vencedor. Que Tu Palabra sea mi ancla, mi guía y mi motor.
Hoy decido no detenerme. Hoy elijo perseverar hasta ver Tu mano obrar, hasta caminar en la tierra que prometiste, hasta ver cumplido todo lo que has dicho sobre mí.
Gracias, Señor, porque sé que no camino solo. Tú estás conmigo, me fortaleces y me llevas en victoria.
En el nombre de Jesús, amén.
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