UN DIA A LA VEZ

365 Momentos con Él: MAYO

MAYO

08 de Mayo – 365 momentos con El


"Cuando el Milagro que Esperas Solo Puede Venir de Dios"


¿Alguna vez has sentido que tienes todo, pero aún te falta algo?

Puedes tener una casa bonita, una familia, un buen trabajo... pero en lo profundo de tu corazón sabes que hay una oración aún no contestada, un milagro que necesitas desesperadamente. Así se sentía Ana: amada, bendecida, pero con un vacío que solo Dios podía llenar.
Esta es más que una historia bíblica. Es el recordatorio de que todavía hay un Dios en el cielo que escucha, ve tus lágrimas y sigue haciendo milagros hoy.

Hoy te invito a redescubrir a ese Dios. No el Dios lejano de la religión, sino el Dios cercano de los imposibles.

El Dios que escucha. El Dios que responde. El Dios de milagros.

MAYO DIA 08

08 de Mayo – 365 momentos con El.

"Ana y el Dios que Responde Oraciones"

08 de Mayo – Un Día a la Vez: 365 Momentos con Él



"Más Allá de la Bendición: Conociendo al Dios de Milagros"

1 Samuel 1:1-6
nos cuenta la historia de un hombre llamado Elcaná, que vivía en un pueblo llamado Ramá, en la región montañosa de Efraín. Elcaná tenía dos esposas:

Peniná, que tenía hijos, y Ana, que no podía tenerlos. Cada año, Elcaná iba con su familia al santuario de Siló para adorar a Dios y ofrecerle sacrificios. Aunque Ana no tenía hijos, Elcaná la amaba profundamente y le daba una porción especial de la ofrenda.

Pero había algo que entristecía mucho a Ana: su esterilidad. Peniná se burlaba de ella constantemente, haciendo que se sintiera aún peor.
Ana tenía comodidades, una buena posición y un esposo que la amaba, pero sentía que le faltaba algo muy importante:
conocer al Dios de los milagros.
Hoy en día, muchas personas viven una situación parecida. Tienen una buena vida, pero sienten un vacío, una necesidad profunda de algo que el dinero no puede comprar.
El dinero puede darte cosas, pero no puede darte lo más importante:

  • Te puede comprar una casa, pero no una familia.
  • Puede pagar a un buen médico, pero no puede darte salud.
  • Puede comprar una cama, pero no el descanso verdadero.
  • Puede comprarte un reloj, pero no más tiempo.
  • Puede darte lujos, pero no paz, esperanza ni vida eterna.

Todos necesitamos un milagro de Dios, como Ana. Tal vez tú necesitas un milagro en tus finanzas, en tu salud, en tu familia, o en algo que solo tú y Dios conocen. Pero la buena noticia es que Dios sigue haciendo milagros hoy.

Muchos han perdido la fe en un Dios que actúa. Pero creer en Dios no es lo mismo que creer en un Dios que hace milagros.
Si quieres recibir un milagro, tienes que creer que Él puede y quiere hacerlo por ti.
Como Peniná, habrá personas que intentarán desanimarte, hacerte creer que todo seguirá igual. Pero no dejes que eso apague tu fe. Si quieres conocer al Dios de milagros, tienes que seguir creyendo, incluso cuando las circunstancias digan lo contrario.

1 Samuel 1:7-10 nos muestra que Ana estaba tan angustiada que lloraba y no quería comer. En medio de su dolor, decidió ir al santuario a orar. No solo creyó, sino que oró con todo su corazón.
Esa fue una oración sincera, valiente, que rompió su tristeza y activó su milagro.
Cuando tú oras, comienza tu victoria. Cuando tú oras, se debilita tu enemigo, la enfermedad, la pobreza, la tristeza.
La oración sincera mueve la mano de Dios.
Ana hizo un pacto con Dios: si le daba un hijo, lo dedicaría completamente a Él. Ana no se conformó con su situación. No aceptó que su esterilidad fuera su destino.
Ella creyó que Dios podía cambiar su realidad.
No te resignes. No aceptes como definitivo lo que Dios puede transformar. No te conformes con la tristeza, la escasez o la soledad.

Aférrate a las promesas de Dios y ora con fe.

1 Samuel 1:16-18 nos dice que el sacerdote Elí la escuchó y le dijo: “Vete en paz, y que el Dios de Israel te conceda lo que has pedido.” Desde ese momento, Ana cambió su actitud. Ya no estaba triste. Había recibido una palabra de parte de Dios y creyó en ella.

A veces no podemos cambiar nuestras circunstancias, pero sí podemos cambiar nuestra actitud. No podemos pedirle a Dios con un corazón lleno de duda y queja. Ana cambió su tristeza por fe, porque sabía en lo profundo: Dios me ha escuchado.


🙏1 Samuel 1:19-20

1 Samuel 1:19-20 termina este capítulo con un milagro: Dios recordó a Ana, y ella quedó embarazada. Tuvo un hijo y lo llamó Samuel, que significa: “Dios escuchó mi oración.”

Dios no se ha olvidado de ti. Él sigue siendo el Dios de milagros.
Hoy es un buen día para volver a creer, para volver a orar, para confiar que tu milagro está más cerca de lo que imaginas.
"Si hoy sientes que necesitas un cambio en tu vida, un consuelo en tu corazón o simplemente alguien que ore por ti, baja un poco más. Estamos aquí para apoyarte en oración y creer junto a ti que Dios tiene un propósito perfecto para tu vida. No estás solo, y juntos podemos llevar tus peticiones ante Él."
PASO 1
Desliza hasta el final
PASO 2
haz clic en el enlace de 'Petición de Oración
PASO 3
"Envía tu petición de oración y permítenos acompañarte en este camino. Estamos aquí para orar contigo y por ti."

🙏Reflexión Final

No importa cuán imposible parezca tu situación. Ana también lloró, también se sintió incompleta, también enfrentó burlas… pero nunca dejó de creer. Ella no se resignó. Oró, esperó y confió en el Dios de milagros. Y ese mismo Dios que respondió su clamor, también puede responder el tuyo.
Quizás hoy no ves nada cambiando, pero en el cielo ya hay movimiento a tu favor. Dios no se ha olvidado de ti. Cada lágrima, cada oración, cada suspiro han sido escuchados. Así como Ana, tu historia no termina en el dolor, sino en el milagro.
Levántate con fe, cambia tu actitud, y prepárate… porque lo que viene de parte de Dios es mucho mejor que lo que has perdido.
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