20 de Julio – Un Día a la Vez: 365 Momentos con Él
Dios es Amor: Conócelo y Déjate Amar
Muchos piensan que el amor de Dios depende de cómo se portan, de si han sido "buenas personas" o no. Pero el mensaje central de la Biblia es radicalmente distinto:
Dios no ama porque lo merezcamos, sino porque Él ES amor.Como dice 1 Juan 4:8:
“El que no ama no ha conocido a Dios, porque
Dios es amor.”
El amor no es solo algo que Dios siente. Es
su naturaleza misma. Y ese amor es
eterno, perfecto e incondicional.
Jeremías 31:3 lo expresa así:
“Con amor eterno te he amado; por eso te sigo mostrando mi misericordia.”
Un Amor Diferente al HumanoEl amor humano suele ser limitado y condicional. Amamos a quienes nos aman, y dejamos de amar cuando nos fallan. Muchas veces usamos la palabra "amor" para justificar incluso cosas egoístas.
Pero el amor de Dios no se parece al nuestro.
Él no ama por conveniencia, ni cambia cuando fallamos.Su amor busca
dar, no recibir; busca
sanar, no herir; busca
perdonar, no castigar.
En 1 Corintios 13:4–8, la Biblia describe cómo es este amor:
“El amor es paciente, es bondadoso… no se irrita, no guarda rencor… todo lo soporta. El amor nunca deja de ser.”
Ese es el amor de Dios hacia ti.
¿Puede Dios Dejar de Amarte?Quizás te has preguntado:
“¿Habrá algo que me pueda separar del amor de Dios?”La respuesta es clara:
No.En Romanos 8:38–39, el apóstol Pablo declara con total seguridad:
“Ni la muerte ni la vida, ni ángeles ni demonios, ni lo presente ni lo por venir… nada podrá separarnos del amor de Dios que es en Cristo Jesús.”
Dios
te amó cuando estabas lejos,
te ama hoy, y
te seguirá amando siempre, no porque tú hayas hecho algo para merecerlo, sino
porque su gracia lo decidió así.
Efesios 2:4–5 lo dice claramente:
“Pero Dios, que es rico en misericordia, por el gran amor con que nos amó, aun cuando estábamos muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo…”
Y el mayor acto de ese amor fue entregar a su propio Hijo:
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito…” (Juan 3:16)
No Midamos el Amor de Dios por las CircunstanciasA veces creemos que si nos va bien, Dios nos ama… y si sufrimos, tal vez se olvidó de nosotros.
Pero eso es un error.
La verdadera prueba del amor de Dios
no son nuestras circunstancias, sino la cruz.“Dios demuestra su amor para con nosotros en que, siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.” (Romanos 5:8)
Dios ya hizo lo más grande por ti. Te dio lo más valioso que tenía:
a Jesús. ¿Cómo no va a darte todo lo que necesitas si le buscas con fe?
“El que no escatimó ni a su propio Hijo… ¿cómo no nos dará también con Él todas las cosas?” (Romanos 8:32)
Solo el Amor de Dios Llena el Vacío del CorazónEl ser humano nace con un vacío en el alma que trata de llenar con muchas cosas: personas, logros, fama, placer, trabajo, dinero… pero
nada de eso basta.
Ese vacío
solo puede llenarse con el amor de Dios.
Él es la
fuente inagotable, no una cisterna rota como las que construimos nosotros. Jeremías 2:13 dice:
“Mi pueblo me dejó a mí, fuente de agua viva, y cavó para sí cisternas rotas que no retienen agua.”
Si quieres experimentar un amor que no se agota,
corre a la fuente, no a las copias.
Cuando Dios llene tu corazón, tendrás
amor de sobra para dar a otros, y nunca más te sentirás vacío.