26 de Agosto – Un Día a la Vez: 365 Momentos con Él
¿Amas de palabra o de verdad? La prueba de fuego del discípulo
El Amor: Fruto del Espíritu Santo
¿Eres de esas personas que irradian amor cuando alguien se acerca a ti? ¿Podrían tus amigos y familiares decir que el amor es tu característica más evidente?
Jesús dijo que el verdadero discípulo se reconoce por sus frutos, y el primero de ellos es el
amor. Eso significa que nuestras palabras, actitudes y decisiones deberían estar inspiradas y guiadas por él.
La Biblia nos recuerda en
1 Corintios 13:13:
“Tres cosas durarán para siempre: la fe, la esperanza y el amor; y la mayor de las tres es el amor”.
En otras palabras, puedes tener éxito, dinero, inteligencia, pero lo que realmente permanece y marca vidas es el amor.
El amor se demuestra con hechos
En
Juan 3:16, la Palabra dice:
“De tal manera amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito...”
El amor no se queda en sentimientos ni palabras bonitas. El verdadero amor
se expresa, se da y se nota.
Hoy en día, vivimos en un mundo donde todos publican frases de amor en redes sociales, pero pocos lo practican en casa, con su pareja, con sus hijos o incluso con quienes les caen mal. Dios nos llama a lo contrario: que cuando alguien nos vea diga
“¡mira cómo se aman!”.
Amar a Dios de verdad
Jesús dijo en
Mateo 22:37:
“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente”.
Si hoy te pregunto: ¿amas a Dios? Seguramente dirías “¡sí, claro que lo amo!”.
Pero la Biblia aclara que amar a Dios es
obedecerlo.
En
Juan 14:21 Jesús lo explica claramente:
“Los que aceptan mis mandamientos y los obedecen son los que me aman”.
Amar a Dios significa confiarle tu vida, rendirle el control y decidir dejar aquello que sabes que no está bien delante de Él. Hoy muchos dicen “yo creo en Dios” pero viven como si Él no existiera. El amor verdadero no es teoría, es acción.
Amar a Dios transforma tu vida diaria
Cuando amas de verdad, tu vida cambia. Te vuelves mejor esposo, mejor hijo, mejor trabajador, mejor amigo. ¿Por qué? Porque el amor de Dios te limpia, te fortalece y te enseña a vivir de forma diferente.
Deuteronomio 7:9 lo confirma:
“Dios es fiel y derrama su amor sobre los que lo aman y obedecen sus mandatos”.
En la vida moderna, eso significa que el amor a Dios te ayudará a dejar hábitos que te dañan, relaciones que no edifican o actitudes que no reflejan a Cristo.
Amar al prójimo como a ti mismo
Jesús resumió toda la enseñanza bíblica en dos mandamientos (Mateo 22:37-39):
- Amar a Dios.
- Amar al prójimo como a ti mismo.
Un verdadero cristiano se reconoce porque ama, incluso a quienes piensan diferente, incluso a quienes le ofenden. Amar no significa aprobar todo, pero sí significa
responder con respeto, paciencia y compasión.
En un mundo lleno de odio en redes sociales, críticas destructivas y divisiones, el amor es la mayor muestra de que conocemos a Dios.
El amor se mide en tiempo
Hoy la gente vive acelerada: trabajo, estudios, redes, compromisos... y el tiempo se volvió el tesoro más valioso.
Pero el amor se demuestra dedicando
tiempo, no solo con regalos o palabras. Los hijos prefieren un padre presente antes que un padre que solo les dé cosas materiales. Lo mismo sucede con Dios: Él desea tu tiempo, tu oración, tu adoración.
1 Juan 3:18 dice:
“Queridos hijos, que nuestro amor no quede solo en palabras; mostremos la verdad por medio de nuestras acciones”.
El amor busca expresarse hoy, no “algún día”.