AGOSTO

24 de Agosto – 365 momentos con El

El turno que esperabas: tu hora está por comenzar


Seguro alguna vez has sentido que todos avanzan menos tú.
Ves a tus amigos logrando metas, casándose, prosperando, y te preguntas:
“¿Y yo? ¿Cuándo será mi turno?” A veces esa espera pesa tanto que hasta piensas que llegaste tarde al plan de Dios.
Pero déjame decirte algo: en el Reino de Dios nadie llega tarde. Jesús contó la historia de unos trabajadores que fueron contratados en distintos horarios, y aun los que llegaron al final recibieron la misma recompensa
. ¿Por qué? Porque en la obra de Dios no importa a qué hora entres, lo que importa es que digas “sí” cuando Él te llame.

Hoy quiero recordarte que esa espera que vives no es pérdida de tiempo. Dios te está preparando, y cuando llegue tu momento, Él puede hacer en una hora lo que otros alcanzaron en años.

AGOSTO DIA 24

24 de Agosto – 365 momentos con El.

No es demasiado tarde: eres parte de la generación de la última hora

24 de Agosto – Un Día a la Vez: 365 Momentos con Él


Lo que otros lograron en años, Dios lo hará contigo en un instante

La Generación de la Undécima Hora
Mateo 20:1-16
es la parábola de los obreros de la viña, contada por Jesús.
En resumen, dice así:
Un dueño de una viña salió a contratar trabajadores en diferentes horas del día.
  • A los primeros los contrató muy temprano y acordaron un pago de un denario (el salario de un día).
  • Más tarde, volvió a salir y contrató a otros, prometiéndoles pagar lo justo.
  • Incluso, cerca de la undécima hora (es decir, casi al final de la jornada), contrató a más trabajadores.
Al terminar el día, mandó pagarles a todos, empezando por los últimos. Para sorpresa de muchos, todos recibieron lo mismo: un denario.
Los que habían trabajado desde la mañana se quejaron, diciendo que era injusto que quienes trabajaron una sola hora recibieran lo mismo que ellos, que habían soportado “el calor y la carga del día”. Pero el dueño les respondió:
  • “Amigo, no te hago agravio; ¿no quedamos en un denario?
  • Toma lo tuyo y vete.
  • ¿O no puedo hacer con lo mío lo que quiero?
  • ¿O tienes envidia porque yo soy bueno?”
Y Jesús concluye:
“Así, los primeros serán postreros, y los postreros, primeros. Porque muchos son llamados, mas pocos escogidos.”


  • Imagina esta escena: un hombre dueño de una viña sale temprano a contratar trabajadores. Algunos empiezan a trabajar desde la mañana, otros a mediodía, y otros… ¡casi al final del día! Pero cuando llega la hora de pagar, todos reciben el mismo salario. ¿Justo? Para muchos no. ¿Sorprendente? Sí. Pero en esta historia, Jesús nos enseña cómo funciona el Reino de Dios: Él no paga según cuánto tiempo llevas, sino según su bondad y gracia.
¿Qué significa esto para nosotros hoy?
En la vida actual vemos algo parecido:
  • Quizás hay personas que parecen adelantadas —ya lograron lo que tú sueñas: familia, trabajo, estabilidad— y tú sigues esperando.
  • O tal vez piensas que llegaste “tarde” a los planes de Dios, porque cometiste errores, desperdiciaste años o no creciste como otros.
  • Incluso hay voces a tu alrededor que te dicen: “Ya perdiste tu tiempo, Dios no hará nada contigo”.
Pero la parábola de la hora undécima nos recuerda que Dios siempre llega a tiempo. Aunque otros parezcan llevar ventaja, cuando Él decide llamarte, lo hace con propósito, y lo que a otros les tomó años, Dios puede hacerlo en tu vida en un instante.

El ejemplo de David
David parecía “el olvidado” de su familia, cuidando ovejas mientras sus hermanos estaban en la guerra. Nadie pensaba en él, pero Dios sí. Esa tarea escondida era el entrenamiento para derribar gigantes. Lo mismo pasa contigo: tal vez hoy te sientes en la “plaza”, esperando tu turno, sin ver resultados. Pero esa espera no es pérdida de tiempo; es el lugar donde Dios te fortalece, te sana y te prepara.

¿Qué aprendemos?

1.Tu vida no es tuya, es de Dios. Todo lo que tienes y eres le pertenece (Salmo 24:1).
2.La espera tiene propósito. Mientras esperas, Dios te forma en carácter y fe.
3.La paga viene. El Señor recompensa a los que confían y perseveran. Lo que parecía tardío será perfecto en su tiempo.

Aplicación a la vida actual
  • Quizás llevas años esperando un empleo, una respuesta, una pareja, un milagro.
  • Quizás sientes que tu esfuerzo no se nota, que otros avanzan y tú sigues en la banca.
  • Pero hoy Dios te dice:“No has perdido tu turno. Yo te veo. Yo te levantaré.”
Así como al último obrero lo llamaron y le dieron su paga, Dios no se olvida de ti.
“Lo que a otros les costó años, yo lo haré contigo en una sola hora”, dice el Señor.

Palabra final de ánimo:

Los primeros serán postreros y los postreros, primeros. No importa si llegaste “tarde” a los planes de Dios, lo importante es que llegaste. Y cuando Dios te llama, Él te equipa, te bendice y te sorprende.
¡Es tu hora! Levántate, confía y di con fe: “El próximo soy yo. Es mi turno.”
"Si hoy sientes que necesitas un cambio en tu vida, un consuelo en tu corazón o simplemente alguien que ore por ti, baja un poco más. Estamos aquí para apoyarte en oración y creer junto a ti que Dios tiene un propósito perfecto para tu vida. No estás solo, y juntos podemos llevar tus peticiones ante Él."
PASO 1
Desliza hasta el final
PASO 2
haz clic en el enlace de 'Petición de Oración
PASO 3
"Envía tu petición de oración y permítenos acompañarte en este camino. Estamos aquí para orar contigo y por ti."

🙏Oracion Final


Señor, gracias porque aunque otros parecían ir adelante, yo sé que tu tiempo es perfecto. Hoy decido creer que no llegué tarde a tu plan. Declaro que es mi turno, que tu gracia me levanta y que lo que parecía imposible, tú lo harás realidad en mi vida. Amén.
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UN DIA A LA VEZ


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