AGOSTO

16 de Agosto – 365 momentos con El


NO ME ENVIES UN ANGEL… QUEDATE CONMIGO.


¿Alguna vez sentiste que Dios te ayudó en algo, pero al tiempo todo volvió a ser como antes?

Tal vez recibiste una respuesta, un milagro o una puerta abierta… y sin embargo, tu corazón seguía vacío.

Eso pasa cuando buscamos solo el poder de Dios y no su presencia.

Hoy quiero contarte cómo pasar de recibir bendiciones momentáneas a vivir todos los días cerca de Aquel que lo cambia todo.

AGOSTO DIA 16

16 de Agosto – 365 momentos con El.

El regalo no es suficiente, busca al Dador

16 de Agosto – Un Día a la Vez: 365 Momentos con Él


NO TE CONFORMES CON EL PODER… CONOCE AL QUE LO DA

El poder que hay en su presencia

Imagina que vas de viaje y en medio del camino te quedas en un lugar que no es tu destino. Es cómodo, tienes lo básico… pero no es el lugar que soñabas. Eso le pasó a Abraham: no se detuvo a mitad de camino en Harán, sino que siguió hasta la tierra que Dios le prometió.
Así también nosotros: no nos conformemos con “lo suficiente” cuando Dios tiene “lo mejor” para nosotros.
En la historia del pueblo de Israel, Dios les prometió llevarlos a la Tierra Prometida. Les dijo:

“Enviaré un ángel delante de ti para cuidarte y llevarte al lugar que he preparado” (Éxodo 23:20).

Para los hebreos, un ángel no era un ser tierno tocando el arpa, sino un mensajero fuerte, un guerrero que podía ganar batallas imposibles. Que Dios enviara un ángel era como decirles:
“Tienen la victoria asegurada”.

Pero Moisés quería más. En Éxodo 33, le dijo a Dios:

“Si tu presencia no va conmigo, no me saques de aquí”.

Moisés sabía algo importante:

el poder de Dios puede cambiar una situación, pero su presencia cambia el corazón.

Poder vs. Presencia

  • El poder es como recibir ayuda urgente: una puerta que se abre, una enfermedad que se sana, un milagro en el momento exacto.
  • La presencia es vivir con el que hace los milagros, todos los días, en lo profundo del corazón.

Es como cuando alguien te ayuda con un favor grande: lo agradeces… pero es distinto cuando esa persona se queda contigo, comparte tu vida y camina a tu lado.

Por qué necesitamos la presencia

Muchos buscan el poder de Dios para resolver un problema, y eso está bien. Pero si después no buscan al que dio el milagro, su fe se enfría.
Jesús multiplicó los panes y peces, pero quería que la gente lo conociera a Él, no solo el milagro.

Hoy tenemos un privilegio que antes no existía: cuando Jesús murió, el velo del templo se rasgó. Eso significa que ya no hay barreras: cualquiera que cree puede entrar a la presecia de Dios.

Cómo buscar la presencia
No se trata de palabras bonitas o méritos. Es rendir el corazón. Puedes hacerlo en cualquier lugar:
  • Apaga un momento las distracciones.
  • Ponte música suave que te conecte con Dios.
  • Habla con Él como con un amigo cercano.
  • Quédate en silencio, deja que su paz llene tu interior.
Salmo 46:10 lo dice así:

“Estad quietos y conoced que yo soy Dios”.


No busques solo lo que Dios puede

hacer por ti, busca estar con Él.

Moisés no se conformó con milagros temporales, quería a Dios mismo. Tú también puedes vivir así.
No busques solo lo que Dios puede hacer por ti, busca estar con Él.

Haz esta oración en tu corazón:

  • “Señor, no quiero solo tu poder, quiero tu presencia. No me envíes un ángel… quédate conmigo”.
"Si hoy sientes que necesitas un cambio en tu vida, un consuelo en tu corazón o simplemente alguien que ore por ti, baja un poco más. Estamos aquí para apoyarte en oración y creer junto a ti que Dios tiene un propósito perfecto para tu vida. No estás solo, y juntos podemos llevar tus peticiones ante Él."
PASO 1
Desliza hasta el final
PASO 2
haz clic en el enlace de 'Petición de Oración
PASO 3
"Envía tu petición de oración y permítenos acompañarte en este camino. Estamos aquí para orar contigo y por ti."

🙏Oracion Final


Señor, no quiero conformarme con verte actuar a la distancia; quiero conocerte de cerca.
No busco solo tus milagros, busco tu corazón.
Quédate conmigo, lléname con tu presencia y transforma mi vida desde adentro.
Aunque todo a mi alrededor cambie, que nunca me falte Tu compañía.
Amén.
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UN DIA A LA VEZ


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