08 de Agosto – Un Día a la Vez: 365 Momentos con Él

Cómo saber si es Dios quien te habla: Guía práctica y sencilla

¿Cómo reconocer la voz de Dios?
Dios desea hablarnos, pero a veces es difícil saber si lo que escuchamos viene realmente de Él, o si son solo nuestros pensamientos… o incluso engaños del enemigo. Para no confundirnos, hay señales claras que nos ayudan a reconocer Su voz con seguridad.

1. La voz de Dios siempre está en línea con la Biblia
Dios nunca dirá algo que vaya en contra de Su Palabra. Lo que escuchamos debe estar en armonía con lo que enseña la Biblia.
El Espíritu Santo —quien inspiró las Escrituras— es quien nos confirma si lo que oímos viene de Dios.

2 Timoteo 3:16
“Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en la justicia”.
El Espíritu Santo nunca se contradice. Si creemos haber escuchado algo de parte de Dios, pero no concuerda con la Biblia, entonces no fue Dios quien habló.
El enemigo (Satanás) es experto en imitar la voz de Dios, pero su intención es engañarnos.
Isaías 8:19
“¿Acaso no debe un pueblo consultar a su Dios? ¿Por qué consultar a los muertos en favor de los vivos?”

¿Qué pasa cuando escuchamos voces equivocadas?
Isaías 8:21-22
“Estarán angustiados, hambrientos, y vagarán por la tierra. Se llenarán de ira y maldecirán a su rey y a su Dios. Mirarán al cielo, luego a la tierra, pero verán solo angustia, oscuridad y desesperación”.

¿Y si seguimos la Palabra de Dios?
Salmos 119:105
“Tu palabra es una lámpara a mis pies y una luz en mi camino”.
Si decimos que Dios nos habló, lo que recibimos debe coincidir completamente con la Biblia.

2. Dios confirma Su voz a través de las circunstancias
A veces, Dios confirma lo que nos dice mediante situaciones concretas. Es lo que pasó con el profeta Jeremías:

Jeremías 32:6-9
Jeremías recibió un mensaje de Dios sobre la compra de un terreno. Al principio, no estaba completamente seguro, pero cuando su primo vino a ofrecerle exactamente ese terreno, Jeremías entendió que realmente había escuchado la voz del Señor.
Cuando Dios nos pide hacer algo que parece extraño o fuera de lo común, es sabio esperar una confirmación clara en las circunstancias.

3. La voz de Dios produce paz
Una de las señales más claras de que Dios está hablando es la paz interior que sentimos. Aunque la decisión sea difícil, si proviene de Dios, vendrá acompañada de paz.

Colosenses 3:15-16
“Y que la paz de Cristo gobierne en sus corazones… Que el mensaje de Cristo llene sus vidas con toda su riqueza”.
La palabra "gobierne" aquí significa "actuar como juez o árbitro". Si tenemos duda sobre algo, la paz de Dios será la que confirme si vamos por el camino correcto. Si no hay paz, mejor detenernos y orar más.

4. Dios puede hablar por medio de personas cercanas
Dios también puede usar a otros para confirmarnos Su voz. Estas son tres relaciones clave por medio de las cuales Dios puede hablarnos:

a) Nuestros líderes espirituales
Hebreos 13:7
“Recuerden a sus líderes, quienes les enseñaron la Palabra de Dios. Piensen en el resultado de su vida y sigan su ejemplo de fe”.
Los líderes espirituales tienen la responsabilidad de guiarnos con sabiduría. Si Dios te habla algo, también puede confirmarlo a través de tu pastor o líder.


b) El cónyuge
Efesios 5:22-24
Este pasaje enseña que en el matrimonio cristiano, el esposo tiene un rol de liderazgo espiritual y la esposa está llamada a respetar y colaborar con ese liderazgo, así como la iglesia se somete a Cristo. Pero eso no significa inferioridad, ni tampoco que el esposo pueda imponerse con autoritarismo.

En los versículos siguientes (Efesios 5:25-28), también se dice que el esposo debe amar a su esposa como Cristo amó a la iglesia y dio su vida por ella. O sea: el liderazgo que se espera del esposo es sacrificial, protector y guiado por amor, no por orgullo ni control.

¿Qué significa esto en relación con oír la voz de Dios?
Dios puede hablarle tanto al esposo como a la esposa, pero cuando hay una decisión importante por tomar, y uno dice: “Dios me habló”, pero no hay acuerdo entre ambos, se debe tener cuidado. ¿Por qué?

Porque:

1. Dios no se contradice. Él no le dirá una cosa a uno y lo opuesto al otro, si ambos están orando y buscando Su voluntad.
2. En el matrimonio, Dios valora la unidad, no la imposición individual.
3. Una persona puede estar convencida de que “Dios le habló”, pero si eso genera división, rebeldía o desprecio por su cónyuge, es muy probable que no venga de Dios.

¿Es una forma de callar a la mujer o quitarle autoridad espiritual?
¡No! Una mujer puede oír de Dios, tener ministerio, dones, y una relación profunda con el Señor. La Biblia está llena de mujeres así (Débora, Ester, María, Priscila, etc.).
Pero cuando una mujer casada dice:

“Dios me habló, y lo haré aunque mi esposo no esté de acuerdo”,
sin diálogo, oración conjunta o disposición a buscar confirmación juntos, esa actitud puede convertirse en rebeldía.

Y la rebeldía (en ambos cónyuges) bloquea la voz de Dios, porque se basa en orgullo, no en sujeción al Espíritu.

¿Cómo manejarlo bien entonces?

• Si uno de los dos siente que Dios está guiando en una dirección, lo hablan, oran juntos, buscan consejo (si es necesario) y esperan confirmación.
• Si hay desacuerdo, no hay que forzar. Dios puede confirmar Su voluntad con paz, unidad y claridad, si realmente es Él quien está hablando.
• Nunca se debe usar “Dios me dijo” como una excusa para manipular o imponer una decisión.

c) Los padres
Efesios 6:1
“Hijos, obedezcan a sus padres en el Señor, porque esto es justo”.
Dios también puede hablar a través de nuestros padres. Si ignoramos su consejo constantemente, podríamos cerrarnos a la guía divina.

🙏Oracion Final

Señor, hoy dispongo mi corazón para escucharte con claridad. Ayúdame a reconocer Tu voz por encima del ruido de mis pensamientos y del engaño del enemigo. Enséñame a amar Tu Palabra, a confiar en Tu paz, a valorar la sabiduría de los que has puesto a mi lado y a reconocer tus señales en medio de las circunstancias. No quiero caminar en confusión, quiero seguir tu dirección con seguridad. Habla, Señor… que tu hijo(a) está escuchando. Amén.