UN DIA A LA VEZ
365 Momentos con Él: AGOSTO
AGOSTO
04 de Agosto – 365 momentos con El
No es el fin, es el proceso: lo que viene después de la tormenta te sorprenderá
¿Alguna vez sentiste que todo se pone en tu contra justo cuando decides avanzar?
Tomas una decisión: “Voy a mejorar mi vida”, y de repente... llegan los problemas, los miedos, las dudas. Parece que una tormenta se desata solo porque decidiste moverte.
Pero, ¿y si te dijera que esa tormenta no es el final, sino el escenario perfecto donde Dios quiere encontrarse contigo?
Lo que estás viviendo no es casualidad… y lo que viene después puede sorprenderte.
Sigue leyendo, porque en esta historia hay una clave para atravesar tus tormentas y salir más fuerte del otro lado.
AGOSTO DIA 04
04 de Agosto – 365 momentos con El.
¿Sientes que te estás hundiendo? Jesús está en tu tormenta
04 de Agosto – Un Día a la Vez: 365 Momentos con Él
Tu tormenta no te va a destruir: Dios ya está contigo en medio de ella
En tus tormentas, Dios está contigo
Mateo 14:22-24
"La barca ya estaba en medio del lago, y las olas la golpeaban porque el viento era contrario."
1. Las tormentas no significan que estás haciendo algo mal
Muchos creen que si están pasando por un mal momento es porque hicieron algo mal. Pero eso no siempre es así. En esta historia, los discípulos estaban obedeciendo a Jesús, y aun así enfrentaron una tormenta.
- A veces, los problemas llegan justo cuando estás tratando de avanzar: al mejorar tu vida, buscar trabajo, formar una familia, empezar un ministerio.
2. No huyas de la tormenta, enfréntala con fe
Los que alcanzan su propósito en la vida no son los que huyen del problema, sino los que lo enfrentan sabiendo que Dios está con ellos.
- Tu tormenta puede tener muchos nombres: enfermedad, problemas financieros, una crisis emocional o familiar…
3. La tormenta no es el final. ¡Viene la bendición!
Jesús se acercó a ellos en medio de la tormenta y les dijo:
“¡Ánimo! Soy yo, no tengan miedo.” (v.27)
Lo primero que llega en una tormenta es el desánimo y el miedo.
Nos sentimos solos, pero no lo estamos. Jesús está allí, incluso si no lo vemos claramente al principio.
El miedo hace que veamos fantasmas donde no los hay: pobreza, fracaso, soledad, pasado.
Pero si Jesús está en tu barca, esa barca no se hunde.
4. ¿Quieres ver milagros? Tienes que salir de la barca
Pedro vio a Jesús caminando sobre las aguas y dijo: “Señor, quiero ir contigo.”
Jesús respondió: “Ven.”
- La barca representa tu zona de comodidad.
Pero si te atreves a dar el paso de fe, entras en el territorio de lo sobrenatural.
Muchos critican a Pedro porque se hundió, pero fue el único que se atrevió a caminar sobre las aguas.
- A Dios le agrada más el que se lanza con fe y falla, que el que se queda sentado por miedo.
5. No mires la tormenta, mira a Jesús
Pedro se hundió cuando dejó de mirar a Jesús y comenzó a enfocarse en las olas.
- Mientras mires el problema, te vas a hundir.
- Enfócate en Dios, no en la dificultad.
RECUERDA:
- Las tormentas no siempre son señal de error, a veces son parte del camino hacia tu propósito.
- Jesús está contigo, incluso en el momento más oscuro.
- El miedo te engaña, la fe te libera.
- Atrévete a salir de tu zona cómoda y caminar por fe.
- No pongas tus ojos en el problema, ponlos en Jesús.
"Si hoy sientes que necesitas un cambio en tu vida, un consuelo en tu corazón o simplemente alguien que ore por ti, baja un poco más. Estamos aquí para apoyarte en oración y creer junto a ti que Dios tiene un propósito perfecto para tu vida. No estás solo, y juntos podemos llevar tus peticiones ante Él."
PASO 1
Desliza hasta el final
PASO 2
haz clic en el enlace de 'Petición de Oración
PASO 3
"Envía tu petición de oración y permítenos acompañarte en este camino. Estamos aquí para orar contigo y por ti."
🙏Oracion Final
Señor, aunque los vientos soplen fuerte y las olas intenten hundirme, hoy decido creer que Tú estás conmigo en medio de la tormenta. Ayúdame a no temer, a no rendirme, y a mantener mis ojos puestos en Ti. Dame la fe para salir de mi barca, dar pasos sobre el agua y confiar en que si Tú estás en mi barca… jamás me voy a hundir. Amén.
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