ABRIL
24 de Abril – 365 momentos con El
Adoptados por el Padre
Imagina por un momento que el Creador del universo te llama "hijo". No por protocolo, ni por costumbre religiosa, sino con un amor profundo, auténtico e incondicional. Así es como Dios nos ve cuando decidimos seguir a Jesús:
no solo como creyentes, sino como hijos amados.
El apóstol Pablo lo explica con claridad en Romanos 8:14-16 (TLA):
"Todos los que viven en obediencia al Espíritu de Dios, son hijos de Dios… El Espíritu nos convierte en hijos de Dios y nos permite llamar a Dios: ¡Papá!"Este versículo no es solo un concepto bonito; es una verdad poderosa. Nos recuerda que ya no somos esclavos del miedo, del pasado o del pecado. Hemos sido adoptados por un Padre que nos ama tal como somos y que trabaja cada día para transformarnos con Su amor.
Ser hijo de Dios implica una relación cercana. Significa tener acceso directo a Su presencia, recibir dirección, corrección, consuelo y provisión. Y también significa que, a pesar de nuestras fallas, Su amor no cambia. Aun cuando nos alejamos, Él permanece con los brazos abiertos, esperando nuestro regreso.
¿Estás viviendo como hijo o como esclavo?
Hoy puedes tomar una decisión. Volver a casa. Llamar a Dios “Padre” con la confianza de quien sabe que es amado.
Porque tú no eres cualquier persona.
Eres hijo del Rey.