UN DIA A LA VEZ

365 Momentos con Él: ABRIL

ABRIL

22 de Abril – 365 momentos con El


Cuando No Puedo Orar, Él Ora por Mí


Hay momentos en los que las palabras nos faltan, las fuerzas se agotan y el corazón simplemente no sabe cómo orar. En esos instantes, no estamos solos. A nuestro lado, de forma silenciosa pero poderosa, está el Espíritu Santo, intercediendo por nosotros con gemidos que trascienden el lenguaje humano.
Él no solo escucha nuestras oraciones, sino que las perfecciona y las presenta al Padre con una pasión divina.

Este mensaje no es solo una enseñanza; es un recordatorio de que, incluso en nuestras debilidades, hay Uno que nunca deja de clamar por nosotros. Acompáñame a descubrir cómo el Espíritu Santo se convierte en nuestro más grande intercesor… cuando más lo necesitamos.

"Si alguna vez has sentido que tus oraciones no llegan al cielo o que ya no sabes qué decirle a Dios... este mensaje es para ti. Descubre quién está orando por ti incluso cuando tú ya no puedes."

Lo que estás a punto de leer puede cambiar tu manera de orar... y de confiar.

ABRIL DIA 22

22 de Abril – 365 momentos con El.

Dios Ora por Mí: La Obra del Espíritu Santo

22 de Abril – Un Día a la Vez: 365 Momentos con Él



Intercesión con Poder: El Espíritu Santo en Acción


Mi Mayor Intercesor: El Espíritu SantoLucas 11:5-8
“También les dijo: ¿Quién de ustedes que tenga un amigo, va a él a medianoche y le dice: ‘Amigo, préstame tres panes, porque un amigo mío ha llegado de viaje y no tengo nada que ofrecerle’? Y aquél, desde adentro, le responde: ‘No me molestes; la puerta ya está cerrada y mis hijos están conmigo en cama; no puedo levantarme a dártelos’. Les aseguro que aunque no se levante por ser su amigo, sí lo hará por su insistencia, y le dará todo lo que necesite”.

Interceder es presentarse ante Dios en favor de otros.
Es clamar por las necesidades de los demás, es ser un canal entre el Padre y quienes necesitan su intervención. Jesús inicia este pasaje con una pregunta: “¿Quién de ustedes…?”, porque la decisión de interceder está en nuestras manos. Dios nos da la libertad de elegir si seremos indiferentes o instrumentos de Su compasión.

La intercesión es 0% indiferencia y 100% compasión.

Jesús te pregunta hoy:
“¿Estás dispuesto a pedir por otros? ¿Estás dispuesto a dejar tus necesidades a un lado para clamar por las de los demás?”
El que no intercede muchas veces está centrado en sí mismo, preocupado solo por su propio bienestar. Pero los que interceden son los que han aprendido a amar como Dios ama… los amigos de Dios.

La intercesión desarrolla perseverancia.
Lucas 11:7 nos muestra un aparente rechazo: “La puerta está cerrada… ya es tarde…” ¿Cuántas veces hemos oído esas mismas frases en otras formas?
“Ya es tarde para mi matrimonio.”
“Mi hijo no volverá.”
“Esta enfermedad no tiene cura.”
“Ya pasó mi tiempo para servir a Dios.”
¡Nunca es tarde para interceder!
Porque Dios responde, no por obligación, sino por la determinación de quien ora sin rendirse.

Lucas 11:8
“Aunque no se levante a dárselos por ser su amigo, lo hará por su importunidad y le dará todo lo que necesite.”
La palabra griega "anaideía" (importunidad) implica descaro santo, valentía persistente, perseverancia osada, urgencia determinada.
Esa fue la clave: no rendirse.
Dios usa nuestra perseverancia para estirar nuestra fe. Y aunque nuestra fe sea probada hasta el límite, recuerda: Dios siempre tiene la última palabra.

Lucas 11:9-10
“Y yo les digo: Pidan, y se les dará; busquen, y hallarán; llamen, y se les abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.”
  • Si pides, recibirás.
  • Si buscas, encontrarás.
  • Si llamas, ¡las puertas cerradas se abrirán!
Lucas 11:11-13
“¿Quién de ustedes, si su hijo le pide pan, le dará una piedra? [...] Si ustedes, siendo malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¿cuánto más el Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?”
Cuando oras, no solo recibes respuestas… recibes al mayor intercesor de todos: el Espíritu Santo.

Romanos 8:26
“El Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad. Porque no sabemos orar como conviene, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.”
¡Qué mayor consuelo que saber que el mismo Espíritu de Dios está orando por ti!
No estás solo. Cuando no sabes qué decir, Él lo expresa con gemidos que trascienden palabras. Él clama por ti cuando no puedes más.

¿Qué es interceder?
Es suplicar, mediar, presentarse ante Dios por otros. Y cuando tú te sientes débil o sin palabras, el Espíritu Santo intercede por ti.
No te vencerá la enfermedad.
No te derrumbará el dolor.
No te robará el enemigo tus promesas.
¡Porque el Espíritu Santo está orando por ti!

Romanos 8:34
“Cristo es el que murió y también resucitó. Está a la derecha de Dios, e intercede por nosotros.”
Quizás pienses que nadie ora por ti, que pasas desapercibido en tu iglesia, en tu grupo, en tu familia… pero el cielo está intercediendo por ti.
Tú no sabes qué traerá el día, qué dirá el médico, cuál será la respuesta de la universidad o del jefe…
Pero una cosa es segura:
El Padre ya envió al Espíritu Santo a orar por ti.


🙏 Efesios 6:17-18

“Tomad el yelmo de la salvación y la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios. Orad en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, velando con toda perseverancia por todos los santos.”
El Espíritu Santo te guía en la oración para que conquistes lo que te pertenece.
Gracias, Espíritu Santo, porque sin que lo pidamos, ya estás orando por nosotros.
Tú eres nuestra mayor ayuda.
Tú eres nuestro más grande intercesor.
"Si hoy sientes que necesitas un cambio en tu vida, un consuelo en tu corazón o simplemente alguien que ore por ti, baja un poco más. Estamos aquí para apoyarte en oración y creer junto a ti que Dios tiene un propósito perfecto para tu vida. No estás solo, y juntos podemos llevar tus peticiones ante Él."
PASO 1
Desliza hasta el final
PASO 2
haz clic en el enlace de 'Petición de Oración
PASO 3
"Envía tu petición de oración y permítenos acompañarte en este camino. Estamos aquí para orar contigo y por ti."

🙌"Cuando tus fuerzas se acaban y tu voz se apaga, el Espíritu Santo sigue orando por ti. No estás solo… tu mayor intercesor nunca se cansa de clamar por tu victoria."

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